Cristina Serrato es una mujer de espíritu renacentista que hoy en día se dedica exactamente a lo que siempre soñó. Apasionada de la vida, vehemente, trabajadora, inteligente, sensible, divertida y humana, cuenta con un extenso currículum en muy diversas disciplinas: periodista, actriz, cantante, monologuista, bailarina, modelo o media trainer. Puedes conocer más sobre Cristina en www.cristinaserrato.com

 

Quise ser actriz desde muy pequeña. Con tan sólo 6 añitos debuté como protagonista en la obra de fin de curso de mi colegio con “La ratita presumida” y desde ese momento he caminado con vehemencia por el sendero artístico.

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He tenido la inmensa suerte de ser seleccionada para trabajar en proyectos fantásticos, de ver cómo me quedaba a las puertas de un papel o de firmar un protagonista en una serie y que se cayese antes de ser emitida.  Y digo bien, inmensa suerte, porque lo bueno y lo que consideramos menos bueno forman parte del juego de esta profesión, dura pero adictivamente bella, a las que tantos valientes nos dedicamos.

Sí, hay que ser valiente para dedicarse a esto.  No es sencillo lidiar con el ego,  aprender a ser juzgado, a tener paciencia, a no tomarse las cosas como algo personal, a no compararse y saber esperar.

Cuando tenía 18 años me vine a Madrid para estudiar. Por aquella época todo me parecía más sencillo. Ahora entiendo por qué: porque llegaba de Soria repleta de inocencia, de ganas de explorar un nuevo mundo, y me dedicaba a eso, a experimentar jugando.  Para mí esta es la clave: jugar y no juzgarse. Al fin y al cabo es lo que te da la interpretación: alas para vivir la vida de los demás, ¿no es maravilloso?



Algo que creo enriquece mucho al actor/actriz es salir de España y ver cómo respiran nuestros colegas en otros países. Yo he estado en varios, pero recomendaría a todo el mundo que, al menos una vez, vaya a EEUU. Es otra liga, están muy preparados en muy diversas disciplinas y son muy profesionales. Eso sí, la raza y la pasión que tenemos los españoles es única y debemos sentirnos orgullosos de ese carácter que nos imprime la tierra. Quien no tenga la opción, por lo que sea, puede trabajar en Madrid con profesores extranjeros, hay  muchos cursos muy interesantes. Aquí tengo que mencionar a Pablo Messiez, alguien que me ha enseñado, hace apenas un mes, a amar aún más el teatro. Os recomiendo sus talleres.