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Aunque a Joan Pera no le gustan las comparaciones, si hubiera nacido en EEUU sería una estrella internacional como Jerry Lewis, Jim Carrey, Ben Stiller, Will Smith, Woody Allen  o Rowan Atkinson.  A estos dos últimos también los ha doblado, entre otros cientos de personajes.

 

Pocos currículos son tan extensos. Empezó en el cine con Lluís Josep Comerón pasando por Woody Allen, Ventura Pons, Abel Folk y Joan Riedweg. En ComRàdio presentó con su hijo Roger Pera “Partint peres”. En televisión su primer gran éxito como protagonista se remonta al Doctor Caparrós. Fue la primera cara que se vio cuando empezó a emitir TV3 y también es el protagonista de “A Pera picada” junto a su hijo, la primera serie para móviles del canal autonómico.

 

En teatro, por citar alguno de sus muchos taquillazos,está “La extraña pareja” de Neil Simon y “La jaula de las locas”, de Jean Poiret, formando pareja escénica con el desaparecido Paco Morán. Actualmente está en el Teatro Condal dirigiendo e interpretando “Don Juan Tenorio” junto a Lloll Beltran en una versión muy zorrilla.

 

-Joan, te decides por “Don Juan Tenorio”porque sois sólo dos actores en escena y como hay crisis sale barato ¿o por otro motivo?

Son 22 personajes pero en un momento tan duro económicamente creímos que se necesitaba una obra cómica y que la Lloll y yo hiciéramos todos los papeles convenía al espectáculo.

 

-La idea de ser también tú el director de la obra ¿nace de ti o es una propuesta de la productora?

Es de la productora. No me gusta ser el director porque ya tengo bastante trabajo con actuar. Yo tenía muy claro como la quería hacer y si hubiera venido otro hubiera sido un conflicto de conceptos.

 

-¿Cómo se dirige a uno mismo?

Mal, mal, mal. Porque estás pendiente de todo menos de ti mismo. No me ha ido demasiado bien. He tardado más días en situarme como actor al estar tan pendiente de todo. Yo quería decorados de papel, que hubiera candilejas y que la LLoll triunfara y brillara como lo está haciendo.

 

-Hacéis los contra personajes del Tenorio. No me extrañaría que incluso pensaras en hacer tú de Doña Inés y ella del Tenorio. 

Es verdad. El otro día pensamos: ¿qué hubiera pasado si este Tenorio lo hubiéramos hecho Paco Morán y yo? Él hubiera hecho Don Juan y yo Doña Inés, o yo hubiera hecho la Brígida, o al revés. Es un juego tan abierto que el público puede participar de tal manera que todo es posible.

 

-TV3 consigue siempre un éxito abismal con el culebrón del mediodía. Tú hiciste “El Cor de la Ciutat”.

Fue la única vez en 30 años que he sido contratado por TV3. Fue un desastre porque el personaje no me iba demasiado, pero  agradezco la amabilidad que tuvieron. 

 

-No te prodigas mucho por el canal autonómico. ¿Es por falta de tiempo o por…?

Puede haber malos entendidos, mala fe, envidia… Durante muchos años pensé que no me llamaban porque no les gustaba o porque no era bueno.

 

-¿Cómo?

Si es la realidad también la aceptas. En catalán hay una palabra que lo define: malvolença (inquina). Ellos querían hacer sus estrellas y es correcto. Estamos en Catalunya ¡eh!

 

-No te prodigas mucho a nivel nacional y para una vez que lo haces, con "Cheers", la serie no acabó de tener el éxito esperado. ¿Qué ocurrió si todos erais caras conocidas?

No se pueden hacer imitaciones cuando el original es muy bueno. Y tampoco se supo jugar a una oferta clara. De todos modos, si hubieran querido que fuera un éxito, lo hubiera sido. En televisión es cuestión de aguantar los primeros capítulos.

 

-¿De qué te sientes más orgulloso?

De que hay mucha gente que me quiere y siempre he intentado no fallarles. Aunque también hay gente que me odia, muchísima. 

 

-Tú que nos haces reír tanto…

No es culpa mía, son ellos los que se ríen. Lo que sí tengo es una cierta vitalidad y mucha esperanza. Con mi mujer nos reímos mucho. Yo siempre le quito dramatismo a todo.

 

-¿Te sientes culpable de algo?

Debería sentirme, pero no me analizo demasiado, ni miro atrás demasiado. Si ahora me dieran un premio nacional: un Goya, la Creu de Sant Jordi, me sentiría muy fotut (jodido).

 

-¿Pensarías que te están jubilando?

Síiii, me queda por hacer todavía lo bueno.

 

-Sigues trabajando por vocación, no por necesidad.

Supongo que necesidad también, porque algo tendré que hacer para mantener a toda la gente que tengo.

 

-¡Pero si ya tienen espolones!

(Ríe) Corramos un tupido velo. Son seis personas, son seis problemas, a veces son seis angustias y si puedo echarles un cable, se los echo.

 

 

Joan Pera, un hombre con kilos y kilos de honestidad que podemos ver actualmente en el Teatro Condal con “Don Juan Tenorio”.

 

ENTREVISTA

por Carlos Díaz

Entrevista a Joan Pera

“A los directores les hago caso hasta que me encuentro con el público”
Carlos Díaz es Actor

www.carlosdiazactor.es

 

-¿Te planteaste en algún momento hacerla en catalán?

No. Me planteé hacerla en castellano. Lo tenía muy claro. Incluso las cuñas que meto son medio en catalán, medio en castellano.

 

-Hablas de cuñas y no de morcillas ¿por algún motivo en concreto?

La gente tiene la idea de que una morcilla es una cuña mal puesta o que aprovechas la oportunidad del momento. Sin embargo las cuñas son exabruptos orgánicos que te salen en escena. Hemos intentado en los ensayos poner cuñas, pero las hemos quitado porque no funcionan. Solamente funcionan con el público. Una cuña no es una butifarra de cebolla.

 

-¿Quién es más morcillero Joan Pera o Lloll Beltrán?

Te diría que yo, pero la Lloll no calla. Sabe meterlas muy bien. (Ríe)

 

-Metéis tantas morcillas que habéis llegado a hacer 40 minutos más de espectáculo.

Sí, pero es culpa del público porque cuando empieza a jugar contigo puede pasar de todo. 

 

-Tú que eres el master del morcilleo ¿algún director te ha tenido que frenar?

Normalmente los directores no quieren trabajar conmigo. Les hago caso hasta que me encuentro con el público, en ese momento el público manda. La gente tiene una expectativa de mí y no quiero defraudar.

 

-¿Los directores se desesperan?

Hay de todo. A uno le dije que si lo hacía como me decía él no vendría nadie y me contestó: ya era hora que no te viniera nadie.

 

-Actuando tienes un "estilo Pera" que incluso admites que te cuesta salirte de él. De hecho te contratan por ese sello. ¿En alguna ocasión hubieras preferido conseguir no tenerlo para que te llamaran para otro tipo de proyectos?

Lo he intentado muchas veces, hacer de actor, actor. Pero consigo estar bien cuando soy yo. Es un problema de honestidad personal. Yo puedo salir a escena e intentar hacer Hamlet, pero para que yo me sienta bien, tengo que ser yo. No serviría para ser actor.

 

-Teniendo en cuenta que vosotros hacéis una versión del Tenorio muy zorrilla y que ya has trabajado en varias ocasiones con Lloll Beltrán ¿tu mujer se pone celosa o confía mucho en ti?

Llevamos 45 años y muchos hijos y muchas parejas. Podría estar más celosa de Paco Morán. Yo siempre decía: yo tengo mi mujer, seis hijos y Paco Morán.

 

-Si le fueras infiel ¿se lo dirías?

No nos hemos encontrado en esta situación. Somos una pareja que tenemos un proyecto juntos y siempre hemos luchado por este proyecto. No hace falta ser infiel.

 

-Si viera la obra su autor José Zorrilla ¿qué crees que diría?

Zorrilla era un cachondo. Él mismo decía respecto a la escena del sofá que era la peor escena del teatro español: ¿Cómo se me ocurrió poner allí: "no es verdad paloma mía, gacela"?  ¿Qué hace una gacela allí en medio?  Zorrilla escribió el Tenorio casi por distraerse y no aceptó su paternidad. Vendió el texto por dos duros, no quería ni verlo. No sabes realmente cuál es la obra buena. También le pasó a Cervantes.

 

-Trabajas en una de las profesiones más inestables y aún y así decidiste tener seis hijos. ¿Alguna vez pensaste en cambiar de profesión porque no podías alimentar tantas bocas?

Lo piensas siempre, cada día cuando te levantas. Pero no tuve a los hijos los seis de golpe, si no sería constructor o paleta. No sé a lo que me dedicaré cuando sea mayor. El éxito no depende de ti. Yo de joven era muy bueno y pensaba que si era tan bueno siempre tendría trabajo y no es verdad. Yo estuve diez años sin hacer teatro. Nadie me llamó.

 

-Entonces hiciste doblaje.

Sí, gracias a eso fuimos tirando. A veces piensas en dedicarte a otra cosa, pero siempre que iba a dejarlo para ser rico me salía una función que me hacía ilusión. Con rico me refiero a Núñez y Navarro, las Koplowitz, Bárcenas…

 

-A lo mejor en la caja de la taquilla puedes meter la mano.

¡Qué va! Ya lo miraré, pero todo está muy controlado. (Risas)

 

-Tu hijo y actor Roger Pera siempre ha dicho que es muy despistado. Hace años me contó que perdió un vuelo a Nueva York porque se presentó en el aeropuerto sin el pasaporte. ¿Le viene de herencia o sois la antítesis?

Le pasa cada dos por tres. Un poco herencia, sí. El otro día fui a buscar unas gafas antes de la función. Me metí en un garaje y no saqué el tique. Fui a la tienda y no era aquella. Me equivoqué de tienda. Nuestro trabajo es muy potente y no piensas en otras cosas. Por eso nos cargan de multas. No estás pendiente de si hay que ir a 60 ó 70, simplemente vas.

 

-Tu hijo Blai Pera fue también el ayudante de direcciónen el montaje “Joan Pera, Capri”¿cómo llevas que sea tu hijo quien te diga lo que tienes que hacer?

Cada día cuando me dice antes de la función: “faltan 30 minutos para empezar”, le digo a mi sastra: Yo a este niño lo voy a odiar.

 

 

Copyright: Gervasi Juan Colet

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"Siempre que iba a dejar el teatro para ser rico me salía una función que me hacía ilusión."
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